Las Naciones Unidas comenzó a celebrar el Día Internacional de la
Mujer el 8 de marzo en 1975, Año Internacional de la Mujer. Dos años más
tarde, en diciembre de 1977, la Asamblea General adoptó una resolución
proclamando un Día de las Naciones Unidas para los Derechos de la Mujer y
la Paz Internacional, que los Estados Miembros pueden celebrar
cualquier día del año siguiendo su tradición histórica y nacional.
El Día Internacional de la Mujer surgió de las actividades de los
movimientos obreros a finales del siglo XX en América del Norte y
Europa. Desde entonces, el Día Internacional de la Mujer ha adquirido
una dimensión global para las mujeres de los países desarrollados y en
desarrollo por igual. El creciente movimiento internacional de las
mujeres, fortalecido por cuatro conferencias mundiales de las Naciones
Unidas sobre la mujer, ha ayudado a que su conmemoración ofrezca la
oportunidad de incrementar el apoyo a los derechos y la participación de
las mujeres en las esferas política y económica.
El Día Internacional de la Mujer ha pasado a ser un momento de
reflexión sobre los progresos alcanzados, un llamado al cambio, y una
celebración de los actos de valor y determinación tomados por mujeres
corrientes que han tenido un papel extraordinario en la historia de sus
países y sus comunidades.
Propuesta de cuentos para trabajar en esta fecha:
Arturo y Clementina:
"Un bonito día de primavera, Arturo y Clementina,
dos jóvenes y hermosas tortugas rosadas,
se conocieron al borde de un lago.
Y decidieron casarse aquella misma tarde..."
Hace más de treinta años, Adela Turín comenzó a publicar
en Italia la colección «Dalla parte delle bambine», que al poco tiempo fue editada en España por Esther Tusquets, con el título «A favor de las niñas». Se convirtió en una serie de referencia para la coeducación y la igualdad, y fue traducida a varios idiomas. A pesar del tiempo transcurrido, en la actualidad estos libros tienen plena vigencia y siguen siendo necesarios.
Pincha en la imagen para leer el cuento |
Rosa Caramelo:
"Había una vez
en el país de los elefantes... una manada en que las elefantas eran
suaves como el terciopelo, tenían los ojos grandes y brillantes, y la
piel de color rosa caramelo. Todo esto se debía a que, desde el mismo
día de su nacimiento, las elefantas sólo comían anémonas y peonias. Y no
era que les gustaran estas flores: las
anémonas- y todavía peor las peonias- tienen un sabor malísimo. Pero eso
sí, dan una piel suave y rosada y unos ojos grandes y brillantes..."
Pincha en la imagen para escuchar el cuento |
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